—Osea... ¿Están aquí para entregarnos un regalo cuando ni siquiera es nuestro cumpleaños o fecha importante? —la madre de Jimin preguntaba, miraba a su hijo y su esposo en la puerta de su casa con una gran bolsa en mano.

—Sip, ¿no puedo hacerlo? —Park miró a su padre.

—No, cariño, pasa —habló de inmediato—. ¿Quieren comer? Podemos pedir comida.

—No, papá, gracias pero solo vinimos un ratito a visitarlos, después tenemos una reunión con los líderes de otros restaurantes.

—Me alegra escuchar eso, bien, ¿qué es lo que querían darnos?

—Pues... caminábamos por el centro comercial y vimos un lindo oso de peluche —Jungkook habló—. Entonces lo compramos y quisimos traerlo para ustedes.

—Ayy~ si es un muy bonito oso —su madre alzó este y lo miró completo, tenía un corazoncito que decía "¡Presióname!" así lo hizo, haciéndose escuchar un "Abuelitos, nos vemos en 5 meses"—. ¿Ah? —volvió a presionarlo junto a su esposo y confirmaron lo que creían.

—Estoy en cinta —Jimin sonrió—. Ya estoy en espera desde hace cuatro meses.

—¡Te dije que algo pasaba! —su madre agitó a su padre—. ¡Soy brujo! —no paraba de agitarlo—. ¡Estamos tan viejos! —apenas y tenían 59 años.

—¡Para sus cinco años le regalaremos una colección de ropa!

—¡Seremos los mejores abuelos! —hablaron al unísono.

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Estuvieron alrededor de una hora en la casa de los padres de Jimin, les dieron recomendaciones, contaron anécdotas, y recuerdos preciados que tenían con un pequeño Jimin bebé.

Luego era hora de la reunión de Jeon y de su omega que debía ir a hacerse una ecografía.

—¿Seguro que estarás bien yendo solo? Podemos llamar a alguien para que te acompañe o puedo delegar a alguien para...

—Kook, estoy bien, no te preocupes por esto, en verdad estoy bien —se puso de puntillas besando los labios del alfa—. No es en otro país o en otra ciudad, es a 5 cuadras, sé caminar.

—¿Seguro?

—Seguro.

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—Señor Park —llamó una enfermera anunciando su turno—. Pase por favor.

—Si —solo recordaba con ternura a su tonto alfa protector, últimamente no le dejaba hacer nada solo, bajar las gradas, ir a su tienda, preparar su desayuno, Jungkook solo quería verlo descansando y cómodo.

Caminó hasta la camilla, acostándose ahí levantando su camiseta, su vientre estaba más grande de lo que debería, siendo un hombre y en ese mes de gestación, por eso agendó una cita.

—Bien, empecemos —la doctora encargada se sentó en su silla colocando aquel gel en su vientre—. ¿Tuviste más vómitos o dolores?
 
—No, estuvo muy tranquilo últimamente.

—Eso es bueno, ¿estuviste tomando las pastillas pre-natales y masajeando con los aceites?

—Sí, mi alfa no se olvida ni una noche de hacerlo.

—Bien... ¡Oh! mira, ahí está... pero... son dos —trató de enfocarlos mejor, moviendo aquella máquina encima del vientre—. Son tres... wow, no es muy común.

—¿Tres? —el omega estaba anonadado.

—Es por eso que tu vientre está más grande de lo normal y el porqué tienes más antojos que otros embarazos, tendrás trillizos.

Solo estaban esperando uno, pero, ¿tres? eso significaba que cuando cumplan una edad adecuada, les darían sus propias habitaciones además de tener que triplicar todo lo que ya habían planeado para uno.

—No habrán muchos cambios, solo los antojos, los cambios de humor y tu vientre crecerá como un solo bebé de una mujer, si tienes dolores fuertes, agenda una cita y por último, ¿quieres una fotografía de la ecografía?
 
—S-Sí...

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¿Cómo le diría a Jungkook que eran tres? Y, ¿deberían mudarse otra vez?, a una casa más espaciosa para todos sus cachorros, decidió no saber sus géneros y verlos el día de nacimiento, pero ahora estaba en casa, sin saber cómo anunciarle a su alfa aquella noticia.

Estaba sentado en el sillón, mirando televisión esperando la llegada del alfa.

—¡Cariño! —la puerta sonó, acababa de llegar.

—Jungkook... —estaba nervioso, como si la noticia fuese mala.

—¿Todo bien? ¿Llegaste bien? ¿El cachorro está bien?

—Sí a todo pero lo último... ahm...

—¿Le pasó algo al cachorro? ¿Algo está mal?

—No, está más que bien... pero no es un cachorro.

—¿Es niña?
 
—No sé... pero...

—Anda~ dime~ —estaba por morirse de nervios.

—No es solo un cachorro... tendremos trillizos... sorpresa~

No me dejes, no me dejes, no me dejes...

—¿Tres?